martes, 8 de diciembre de 2015

Declaración de amor definitiva.

Todo tiene principio y final. Todo pasa por algo. A algunos, por gilipollas. A otros, por valientes. Si estos idiotas supiésemos querer, la vida sería más bella. Como con la mirada embobada de una persona que mira a otra y no le hace falta decir nada. Como con la sonrisa que nace sin querer cuando pensamos en quien queremos. ¿Por qué nos empeñamos en creer que la mejor declaración de amor es gritarlo a los cuatro vientos? ¿Por qué parece que, para que tenga validez, una cantidad importante de personas tienen que ser conocedoras de la relación? No sé, estamos convirtiendo el mundo en un puto cluedo en el que los corazones pasan de una habitación a otra sin que nadie tenga los cojones de parar al sospechoso que juega con ellos. ¿Vosotros pensáis que eso es amor? Bueno, eso partiendo de la base de que creéis en el amor, claro. Porque aquí todos vamos de guapos y luego hay muy pocos que realmente empiezan a vestirse por los pies. Que sí, que la corbata hace al hombre más atractivo, pero no olvidéis que es lo último que se pone y lo que tapa el desastre que guarda el nudo que les ahoga. Como el tacón en las mujeres. ¿De qué vale ser más alta si luego no sabes dar ni un puto paso manteniendo el equilibrio? Que no, joder, que estáis muy equivocados. Que eso a lo que llamáis amor, no es amor. Es muy difícil encontrar a alguien por quien merezca la pena aprender a querer (y no diré ya a amar...). Y digo aprender, porque yo no tengo ni idea de hacer eso. Quizás vosotros seáis expertos en 'vuestro' amor. Quizás alguien haya tenido la mala costumbre de haceros creer que lo hacéis genial. Ya me encargo yo de joder el momento y deciros que no tenéis ni puta idea. La hostia es grande, amigos, cuanto antes os lo digan, menos será la altura de la caída. De nada, por cierto. Y ya está. ¿Y qué más? Cierro este caos con una reflexión. Ojalá haya una persona en el mundo capaz de entenderla y compartirla. Una. Me conformo. Mi éxito nace en mí. Si yo creo, alguien podrá creer(me). Ahí va: si ahora mismo estás pensando en el amor de pareja, estás perdida ('perdonen' la generalización femenina). Dejadlo. En serio. No pierdan el tiempo. El día que aprendáis a amar sin etiquetas, el día que queráis a alguien como persona, por encima de todo, sin importar cómo se llame la relación, ese día, vuestra declaración de amor será definitiva.

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