domingo, 15 de mayo de 2016

CAOS sentimental.

Photography: Aida Dayai

Dice que el destino hace de las suyas,
que hay cenizas en la ropa que nos sobró.
Dime que piensas en mí de vez en cuando, 
que no importa la distancia ni kilómetros por recorrer.

Diles que he subido a lo más alto, 
y he caído a lo más bajo viendo al infierno rezar.
Dime si estoy loca por sentir como una flor, 
si yo digo negro será que me fui por creer en el amor.



--- ENCADENADA A TI, MALÚ ---

Ahora a ver quién tiene cojones a decirme que me entiende mejor que una canción de Malú. Que venga alguien que me haga sentir como lo hacen cuatro acordes y una voz. Que llegue quien al mirarme a los ojos encuentre en ellos la emoción que desprenden gracias a una persona que jamás los ha mirado. Quizás sea un problema que las únicas personas que me hacen encontrarme conmigo misma no me pertenezcan en espacio ni tiempo. Quizás me conozco desde siempre sin llegar a reconocerme nunca. 

Y ahora,
                (+ ahora qué...)
                (- devuélveme la vida.)
cuando más dudas merodean por mi pensamiento, vuelve(s), tan inesperadamente, siempre vuelve(s). Cuando más y menos falta me hacía. Y, sobre todo, cuando más ganas de despegar tenía, llega ella para volver a girar noventa grados mi cabeza, y mi vida. Ella, capaz de hacerme sentir lo peor, y así odiarla de tanto querer(la). 

Ella es Malú. La que pasa de demostrar sus dotes de iniciación de tambores a subirse a otro nivel del escenario y dejarme con la boca abierta. La que es capaz de interpretar el tema más desgarrador y acto seguido ponerte la piel de gallina recitando una canción a piano. La que me tiene dos horas y quince minutos con la mirada embobada y el corazón sobrepasando el límite de velocidad. Es ella.

Ojalá tú seas testigo de algo así. Ojalá te hagan volver a todo ese caos que creías olvidado. Ojalá sea ella quien mejor te entienda. Ojalá tu cabeza piense lo mal que lo estás haciendo, y las ganas que escondes de hacerlo bien. Ojalá sientas ganas de reiniciar. Ojalá tú, y nadie más. Porque solo después de ese acento en la a te darás cuenta que hay cosas que acaban por miedo a volver a empezar.

Hasta pronto, y gracias Malú, JODER, 
                                                                      G R A C I A S .

lunes, 2 de mayo de 2016

Cuando quieras querer.

Cuando quieras querer, ven y mírame. Yo puedo seguir haciéndome la loca, y tú a lo tuyo. Puedo seguir olvidando lo que no me acerca a ti, y tú rompiendo distancias con otra mirada. Puedo querer, y de hecho quiero; puedo deber, y quizás deba; pero sobre todo, puedo sentir, y siento que quiero y debo. Porque con nadie más lo veo.

Cuando quieras querer, ven y háblame. Tú tienes un ejército de soldados a tu favor. Yo juego en desventaja. Hazme caso, soy demasiado tuya. Y ni siquiera sé que conlleva tal condición. Pero tú guardas parte de mi ilusión. Digamos que eres el arcoiris de mi tormenta. No te asustes. Llueve fuerte, pero asoma el sol. Tranquila, puedo esperar a que se vaya el nubarrón. Un poquito más. 

Cuando quieras querer, ven y quédate. No sé por qué, pero algo me dice que saldrá bien. Quizás sea tu forma de ser, tal vez tu modo de querer, o simplemente las ganas que queramos tener. Porque el día que quieras querer, significará muchas cosas. La primera, que sabes esperar como yo no supe acelerar. La segunda, que si alguien se ha cruzado, tú no has cogido su mano. La tercera, que te ofreces a ser la que rompa el refrán de llegar a mi vencida. Y la cuarta, no menos importante, que aceptas el reto de ser la que inspira mi canción. 

No hay ni una sola condición capaz de hacer temblar este secreto tuyo y mío. 

Siento que avanzo sin un solo paso. 

Cuando quieras querer, ven. 

Y juntas discutimos el verbo de después. 

(Ya te aviso que no me gusta perder.)