domingo, 25 de octubre de 2015

Más allá de ti, más allá de mí, soñar es obligado y sentir inevitable.

'Si quieres que me haga la tonta, me hago la tonta.' Cada día una nueva oportunidad. Cada noche una locura enredada. Sentir cada minuto compartido con la intensidad de quien espera el reencuentro consigo mismo. Y que llegue. Que no es lo mismo orgullo que estar orgulloso. Y deben estarlo. De ustedes mismos. De lo que hacen y cómo lo hacen. De palpar y comprobar que ha merecido la pena. Déjense conocer. Pero no a cualquiera. No la líen. Déjense aprenderse por quien está dispuesto a esperar el tiempo que haga falta para sacarse el primer curso de tus miradas, el segundo de tu sonrisa y el tercero de tus defectos. Y el cuarto que sean ellos quienes decidan la asignatura pendiente. No pongan tiempos. Quizás los 45 minutos de la primera parte son pocos, y cuando llega el 90 y aun no has ganado, te das cuenta de que los 30 de la prórroga serán muchos. Aprovechen los 15 de descanso. Y cuando escuchen a un señor de negro parar el juego, díganle a ver si tiene huevos de saber cuándo tiene que pitar para parar(te) la vida. Apuesto que no. Apuesto que te quise más que España a Iniesta en el 116. Pero apuesto y gano a que no supe demostrarlo durante los 90 minutos de las dos partes.

viernes, 16 de octubre de 2015

Miradas que te encuentran y miradas que rechazas.

'Me gusta mirar y verte.' Valoren más el silencio de una mirada. Apuesten por ello. Háganlo. Busquen la magia más allá de la piel. Sientan la protección de uno ojos deseosos de ser abrigo. Confíen en las miradas por encima de todo. Dejen espacio y tiempo al (re)encuentro con ustedes mismos. Que les guste lo que ven en el espejo, antes de querer que les guste a otros. Que se miren bonito, antes de sentir que miran con ilusión a otros. No engañen. Ni mientan. No hagan daño. Por favor. Se lo pide alguien que cada vez apuesta más por las miradas que por las palabras. Y yo no tengo ni puta idea de la vida. Pero sé que una mirada puede cambiarlo todo. Y quiero que cambie.

viernes, 9 de octubre de 2015

Gente andado deprisa, pasando por tu vida de puntillas, otros, sin duda, llegan para quedarse.

'Creo que es necesario que no le gustes a todo el mundo.' 
La vida llena de compatibilidad entre todas las personas sería aburridísima. ¿Que por qué? Joder, porque la magia de vivir llega cuando realmente conectas con alguien. Cuando miras a los ojos y hablas, sin decir ni una sola palabra. Cuando te tapas la cara y sonríes. Muy pocas veces llega algo así. La magia, queridos. Igual de aburrido sería que nos pasase con muchas personas a que no nos pasase con nadie. Pero no busquéis. Los mejores bailes llegan sin invitación. Aunque eso ya es otro capítulo... 'Pasando por tu vida de puntillas'. Ahí me freno. No sé, quizás lo que voy a decir ahora es la mayor tontería que podáis leer, pero creo que, al principio, todo el que entre en nuestra vida debe hacerlo de puntillas. Y depende de nosotros. Pero, realmente, pensadlo, de verdad. Toda relación, de cualquier tipo, acaba cuando realmente conoces a la persona. ¿Por qué no conocernos al principio y parar antes de que vaya a más y se termine reprochando aquello que define cada personalidad? Me refiero... 'gente andando deprisa'... Es mucho más bonito quien se queda y te quiere conociendo tus peores defectos. Que sí, que queda muy bonito decir que alguien llega y nos pone todo patas arriba, que aparece y nos revoluciona para bien. Pero, joder, andemos con cuidado. Que es muy fácil ir pisando por el mismo camino que los demás, pero lo bonito es pisar por el camino paralelo y que, en cierto momento, acabe juntándose con el del resto y haciéndonos chocar con alguien. Ese alguien que, a veces, muy pocas veces, es una personita llena de magia. Una de esas con las que conectas.